Como correr rápido con frecuencia cardíaca baja

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con paciencia y perseverancia entrenar a frecuencia cardíaca baja nos hará correr rápido?

Sí, entrenar a una frecuencia cardíaca baja (también conocido como entrenamiento aeróbico o de zona 2) puede ayudarte a correr más rápido a largo plazo, pero requiere paciencia y perseverancia. Este enfoque se basa en la teoría de que al entrenar a una intensidad baja, fortaleces tu sistema aeróbico, mejorando la eficiencia de tu cuerpo para usar oxígeno y quemar grasa como fuente de energía. Con el tiempo, esto te permitirá correr más rápido con un esfuerzo menor y sin aumentar significativamente tu frecuencia cardíaca.

Aquí algunos puntos clave de este tipo de entrenamiento:

  1. Mejora la capacidad aeróbica: Correr a una frecuencia cardíaca baja entrena tu cuerpo para utilizar mejor el oxígeno y quemar grasas, lo que es fundamental para las distancias largas.
  2. Reducción del riesgo de lesiones: Entrenar a baja intensidad genera menos estrés en músculos, articulaciones y tendones, lo que reduce el riesgo de lesiones y te permite entrenar de manera consistente.
  3. Incremento gradual de la velocidad: Al principio, puede que te sientas lento al correr a una frecuencia cardíaca baja, pero con el tiempo, serás capaz de correr más rápido a la misma frecuencia, lo que significa que tu cuerpo se ha vuelto más eficiente.
  4. Desarrollo de la resistencia: Este tipo de entrenamiento ayuda a construir una base sólida de resistencia, lo que es esencial para mejorar en carreras más largas como 10K, medias maratones y maratones.
  5. Complementar con trabajos de velocidad: Aunque el entrenamiento en zona aeróbica es crucial, también es beneficioso incorporar sesiones de velocidad y trabajos en zonas de mayor frecuencia cardíaca, como intervalos y fartleks, para mejorar la velocidad y el rendimiento.

Este enfoque requiere constancia, ya que los resultados no son inmediatos, pero a largo plazo puede llevar a mejoras significativas en tu capacidad de correr rápido de manera más eficiente.

cuales son las diferentes intensidades del corazón y que tipos de carreras corresponde a cada una de esas zonas ?

Las zonas de frecuencia cardíaca son rangos de esfuerzo que se utilizan para planificar y monitorizar el entrenamiento, y están asociadas con diferentes niveles de intensidad y beneficios fisiológicos. A continuación te describo las cinco zonas clásicas, junto con los tipos de carreras o esfuerzos que corresponden a cada una:

1. Zona 1: Recuperación activa

  • Intensidad: 50-60% de la frecuencia cardíaca máxima (FCM).
  • Sensación: Muy suave, fácil de mantener una conversación sin esfuerzo.
  • Beneficio: Recuperación, mejora de la circulación, relajación muscular.
  • Tipo de entrenamiento: Recuperación activa después de entrenamientos intensos o carreras, caminatas ligeras, y trotes regenerativos.
  • Carreras: No es una zona utilizada en competición, es principalmente para facilitar la recuperación.

2. Zona 2: Base aeróbica (Fondo)

  • Intensidad: 60-70% de la FCM.
  • Sensación: Conversacional, puedes hablar en frases completas sin mucho esfuerzo.
  • Beneficio: Mejora la capacidad aeróbica, aumenta la eficiencia en el uso de grasas como fuente de energía, incrementa la resistencia.
  • Tipo de entrenamiento: Rodajes largos, trotes suaves, la mayor parte del volumen semanal de entrenamiento debe estar en esta zona.
  • Carreras: Ritmo de ultramaratones, carreras de larga distancia de nivel amateur.

3. Zona 3: Umbral aeróbico (Ritmo moderado)

  • Intensidad: 70-80% de la FCM.
  • Sensación: Moderadamente difícil, puedes mantener una conversación corta pero con esfuerzo.
  • Beneficio: Mejora el umbral aeróbico, aumenta la capacidad de correr más rápido durante más tiempo sin fatiga excesiva.
  • Tipo de entrenamiento: Ritmos de maratón o medio maratón, sesiones prolongadas a ritmo sostenido.
  • Carreras: Ritmo de medio maratón o maratón en corredores experimentados.

4. Zona 4: Umbral anaeróbico (Ritmo fuerte)

  • Intensidad: 80-90% de la FCM.
  • Sensación: Difícil, difícil hablar más que algunas palabras a la vez.
  • Beneficio: Aumenta la tolerancia al lactato, mejora la velocidad sostenida, incrementa la capacidad de mantener un ritmo rápido por más tiempo.
  • Tipo de entrenamiento: Series o intervalos largos, carreras a ritmo umbral, entrenamientos de tempo.
  • Carreras: Ritmo de 10K o media maratón en corredores más experimentados.

5. Zona 5: Esfuerzo máximo (VO2 máximo)

  • Intensidad: 90-100% de la FCM.
  • Sensación: Muy difícil, conversación imposible, respiración pesada.
  • Beneficio: Mejora la capacidad anaeróbica, potencia máxima y velocidad, desarrolla la capacidad de recuperación y el sprint final.
  • Tipo de entrenamiento: Series muy cortas, sprints, repeticiones en cuestas.
  • Carreras: Ritmo de 5K o menos, carreras muy cortas o sprints.

Cómo se relaciona esto con diferentes distancias:

  • Maratón (42.195 km): Se corre mayormente en Zona 2-3 para corredores promedio y Zona 3-4 para corredores élite.
  • Medio Maratón (21.1 km): Generalmente se corre en Zona 3-4, dependiendo del nivel del corredor.
  • 10K: Se corre en Zona 4, aunque los corredores más rápidos pueden tocar la Zona 5 en tramos finales.
  • 5K: Mayormente en Zona 4-5.
  • Carreras de ultradistancia (más de maratón): Normalmente en Zona 2, dado el enfoque en la resistencia.

Es útil conocer tu frecuencia cardíaca máxima (FCM) y ajustar los entrenamientos según tus objetivos y el tipo de carrera que estás preparando.

como calcular en cual zona estoy entrenando?

Para calcular en qué zona de frecuencia cardíaca estás entrenando, primero necesitas conocer tu frecuencia cardíaca máxima (FCM) y luego aplicar un porcentaje de esa FCM para determinar tus zonas de entrenamiento. Aquí tienes los pasos para hacerlo:

1. Calcula tu frecuencia cardíaca máxima (FCM)

La manera más precisa de conocer tu FCM es a través de una prueba de esfuerzo realizada por un profesional. Sin embargo, puedes obtener una estimación con fórmulas populares:

  • Fórmula general (220 – edad):
    • Ejemplo: Si tienes 40 años, la estimación sería 220 – 40 = 180 latidos por minuto (lpm).

Aunque esta fórmula es sencilla, puede no ser exacta para todos. Una variación más precisa es la de Tanaka:

  • Fórmula de Tanaka (208 – 0.7 x edad):
    • Ejemplo: Si tienes 40 años, la estimación sería 208 – (0.7 x 40) = 180 lpm.

Ambos resultados en este caso coinciden, pero pueden variar ligeramente según la fórmula.

2. Define las zonas de frecuencia cardíaca

Una vez que tienes tu FCM estimada, puedes dividir tus zonas de entrenamiento según los porcentajes de esa FCM. Las zonas típicas son:

  • Zona 1 (Recuperación activa): 50-60% de la FCM.
  • Zona 2 (Base aeróbica): 60-70% de la FCM.
  • Zona 3 (Umbral aeróbico): 70-80% de la FCM.
  • Zona 4 (Umbral anaeróbico): 80-90% de la FCM.
  • Zona 5 (Esfuerzo máximo): 90-100% de la FCM.

3. Calcula el rango de cada zona

Si tu FCM es de 180 lpm (según el ejemplo), puedes calcular los rangos de cada zona multiplicando los porcentajes correspondientes:

  • Zona 1 (50-60%):
    • 50% de 180 = 90 lpm.
    • 60% de 180 = 108 lpm.
    • Rango de zona 1: 90-108 lpm.
  • Zona 2 (60-70%):
    • 60% de 180 = 108 lpm.
    • 70% de 180 = 126 lpm.
    • Rango de zona 2: 108-126 lpm.
  • Zona 3 (70-80%):
    • 70% de 180 = 126 lpm.
    • 80% de 180 = 144 lpm.
    • Rango de zona 3: 126-144 lpm.
  • Zona 4 (80-90%):
    • 80% de 180 = 144 lpm.
    • 90% de 180 = 162 lpm.
    • Rango de zona 4: 144-162 lpm.
  • Zona 5 (90-100%):
    • 90% de 180 = 162 lpm.
    • 100% de 180 = 180 lpm.
    • Rango de zona 5: 162-180 lpm.

4. Mide tu frecuencia cardíaca durante el entrenamiento

Para saber en qué zona te encuentras mientras entrenas, puedes usar un dispositivo que mida tu frecuencia cardíaca en tiempo real, como un reloj deportivo con monitor de frecuencia cardíaca o una banda de pecho. La mayoría de estos dispositivos te permiten configurar alertas si superas ciertos rangos de frecuencia cardíaca, lo que facilita mantenerte en la zona deseada.

5. Ajusta tu esfuerzo según la zona

Una vez que sabes tu zona de entrenamiento objetivo, ajusta tu velocidad o esfuerzo para mantener tu frecuencia cardíaca dentro del rango deseado. Si estás corriendo demasiado rápido y tu frecuencia cardíaca sube a Zona 4, pero deberías estar en Zona 2, necesitarás reducir el ritmo.

porque es importante ignorar nuestro ritmo de carrera?

Es importante ignorar el ritmo de carrera (velocidad por kilómetro o milla) en ciertos entrenamientos, especialmente en aquellos enfocados en la frecuencia cardíaca o la percepción de esfuerzo, porque:

1. Desarrollo aeróbico a largo plazo

  • El entrenamiento basado en frecuencia cardíaca te ayuda a mantenerte en la zona adecuada para mejorar tu capacidad aeróbica, independientemente de la velocidad. Si te enfocas en correr a un ritmo específico (como 5:00 min/km) y ese ritmo te lleva a una frecuencia cardíaca alta, podrías estar entrenando en una zona equivocada. Ignorar el ritmo te permite correr más lento pero en la zona correcta, lo que es esencial para mejorar la resistencia a largo plazo.

2. Evitar el sobreentrenamiento

  • Si te obsesionas con el ritmo de carrera, es fácil caer en el error de correr demasiado rápido en cada sesión. Esto aumenta el riesgo de fatiga, lesiones y sobreentrenamiento. Al centrarte en tu frecuencia cardíaca o esfuerzo, puedes controlar mejor la intensidad y asegurarte de no exceder lo que tu cuerpo puede manejar en ese momento.

3. Adaptación a diferentes condiciones

  • El ritmo puede variar enormemente según las condiciones externas (clima, terreno, altitud, cansancio acumulado, etc.). Correr a un ritmo objetivo fijo en un día caluroso o en una ruta con pendientes puede resultar demasiado exigente, aumentando el riesgo de agotamiento. Entrenar por frecuencia cardíaca o esfuerzo te permite adaptar tu ritmo a las condiciones sin sacrificar la calidad del entrenamiento.

4. Fomentar una mejor percepción del esfuerzo

  • Al ignorar el ritmo y enfocarte en cómo te sientes (esfuerzo percibido) o en tu frecuencia cardíaca, aprendes a escuchar a tu cuerpo y a modular mejor el esfuerzo. Esto es esencial en carreras largas o terrenos variados, donde las sensaciones son clave para mantener un rendimiento sostenible.

5. Centrarse en los objetivos del entrenamiento

  • Cada entrenamiento tiene un propósito: mejorar tu resistencia, velocidad, umbral anaeróbico, etc. Si corres según el ritmo, puedes desviar tu enfoque de estos objetivos. Por ejemplo, en un entrenamiento aeróbico (zona 2), correr demasiado rápido (más allá de esa zona) no maximiza los beneficios de ese entrenamiento. Al ignorar el ritmo y concentrarte en el esfuerzo o frecuencia cardíaca, garantizas que estás cumpliendo con los objetivos específicos de la sesión.

6. Mejora progresiva y sostenible

  • Con el tiempo, si entrenas consistentemente en la zona aeróbica correcta (zonas 1 y 2), verás que tu ritmo mejora sin aumentar tu esfuerzo. Esto significa que tu cuerpo se ha vuelto más eficiente y podrás correr más rápido en el futuro sin necesidad de enfocarte en el ritmo desde el principio.

7. Reducción del estrés mental

  • Obsesionarse con mantener un ritmo específico puede generar ansiedad y frustración si no lo logras, especialmente en entrenamientos largos o días difíciles. Ignorar el ritmo te libera de esa presión mental, permitiéndote disfrutar más del proceso de entrenamiento y ser más consistente.

Ejemplo práctico:

Si un plan de entrenamiento te dice que hagas un rodaje largo en Zona 2 (60-70% de la FCM), tu enfoque debe estar en mantener tu frecuencia cardíaca dentro de ese rango, no en correr a un ritmo específico. Tal vez en un día te toque correr a 6:00 min/km para mantenerte en Zona 2, pero en otro día con condiciones más favorables, podrías correr a 5:30 min/km con el mismo esfuerzo. Lo importante es entrenar tu sistema aeróbico, no forzar un ritmo.

En resumen, ignorar el ritmo te permite entrenar de manera más eficiente, escuchando a tu cuerpo y maximizando los beneficios de cada tipo de entrenamiento sin arriesgarte a lesiones o sobrecarga.

como hacer menos aburridos nuestro plan de entrenamiento cuando se tienen carreras de baja intensidad

Correr a baja intensidad (en zonas como la Zona 1 o 2 de frecuencia cardíaca) puede parecer monótono, especialmente cuando tienes sesiones largas y lentas. Sin embargo, hay varias formas de hacer que estos entrenamientos sean más entretenidos y variados. Aquí tienes algunas estrategias para combatir el aburrimiento y disfrutar más de tus rodajes suaves:

1. Cambiar de ruta

  • Explora nuevas rutas: Cambiar el paisaje es una excelente manera de romper la monotonía. Busca diferentes lugares para correr, como parques, senderos, o incluso barrios que no sueles visitar.
  • Corre en la naturaleza: Si puedes, opta por rutas en montañas, playas o bosques. Estar rodeado de la naturaleza puede hacer que el tiempo pase más rápido y sea más agradable.
  • Prueba cuestas y terrenos variados: Introducir algo de variación en el terreno (aunque no subas el ritmo) mantiene tu mente ocupada y tu cuerpo en alerta.

2. Escuchar algo interesante

  • Podcast o audiolibros: Si los disfrutas, los podcasts o audiolibros pueden hacer que tus carreras sean más interesantes. Puedes aprender mientras corres y el tiempo pasará más rápido.
  • Música con ritmo relajante: Crear listas de reproducción con música que tenga un ritmo adecuado para correr a baja intensidad puede motivarte sin aumentar demasiado el ritmo cardíaco. Esto puede mejorar tu experiencia.
  • Audioguías de entrenadores: Algunas aplicaciones ofrecen entrenamientos guiados por voz, donde entrenadores te van hablando durante el rodaje. Escuchar consejos y comentarios puede motivarte a seguir adelante.

3. Corre en compañía

  • Corre con amigos o grupos: Correr con otras personas puede hacer que las sesiones largas y lentas sean más entretenidas. Conversar mientras corres a baja intensidad es fácil, y te ayudará a mantener un ritmo suave sin sentir que el tiempo se hace eterno.
  • Un compañero de cuatro patas: Si tienes un perro, correr con él a un ritmo suave es una forma divertida de hacer ejercicio y pasar tiempo con tu mascota.

4. Cambia el enfoque mental

  • Corre por tiempo, no por distancia: En lugar de pensar que tienes que cubrir una cierta distancia, enfócate en correr durante un tiempo determinado. Esto cambia la percepción del esfuerzo y puede hacer que se sienta menos tedioso.
  • Concéntrate en la técnica: Aprovecha el ritmo lento para enfocarte en mejorar tu postura, zancada, cadencia y respiración. Al prestar atención a los detalles técnicos, tu mente estará ocupada y la sesión será más productiva.
  • Prueba la meditación en movimiento: Usa carreras lentas para practicar la atención plena (mindfulness), concentrándote en tu respiración, el sonido de tus pies o el entorno. Esto puede convertir una carrera suave en una experiencia mentalmente relajante.

5. Divide la carrera en segmentos

  • Divide en bloques mentales: En lugar de pensar en una carrera larga como un todo, divídela en bloques más manejables. Por ejemplo, divide una carrera de 1 hora en 4 bloques de 15 minutos, cambiando el enfoque en cada uno.
  • Prueba con un «fartlek fácil»: Incluso en entrenamientos de baja intensidad, puedes hacer pequeños juegos de variación de ritmo (sin salir de tu zona de frecuencia cardíaca), como aumentar el paso ligeramente durante 1 minuto y luego regresar al ritmo suave.

6. Usa aplicaciones o retos virtuales

  • Retos virtuales o aplicaciones de running: Participa en carreras virtuales o retos dentro de plataformas como Strava, donde puedes competir con otros corredores en segmentos específicos o participar en desafíos semanales. También puedes hacer un seguimiento de tus logros y mejorar tu motivación.
  • Realidad aumentada: Algunas aplicaciones ofrecen funciones de realidad aumentada donde corres virtualmente por distintos lugares del mundo. Esto puede hacer que una carrera aburrida se convierta en una experiencia más visual y atractiva.

7. Mezcla ejercicios de fortalecimiento o técnica

  • Incluye ejercicios de técnica de carrera: Aunque el ritmo sea suave, puedes incluir ejercicios como skiping, talones al glúteo o zancadas amplias al principio o final del rodaje. Esto mantiene tu mente activa y aporta variación al entrenamiento.
  • Circuitos de fortalecimiento: Si estás corriendo en un parque o en algún lugar seguro, interrumpe la carrera de vez en cuando para hacer ejercicios ligeros de fortalecimiento, como flexiones, sentadillas o planchas. Esto ayuda a mantenerte enfocado y mejora tu condición física.

8. Combina entrenamientos cruzados

  • Alterna con otras actividades: Si correr a baja intensidad te resulta demasiado aburrido en días consecutivos, sustituye algunas sesiones por entrenamientos cruzados (bicicleta, natación, senderismo). Estas actividades también trabajan tu sistema aeróbico sin la monotonía de correr.

9. Usa visualización para motivarte

  • Visualiza tu objetivo final: Durante carreras largas y lentas, puedes usar la visualización para imaginarte completando una carrera importante, cruzando la línea de meta o mejorando tu rendimiento. Esto te ayudará a conectarte emocionalmente con el propósito de esos rodajes suaves.

10. Haz que sea parte de un ritual positivo

  • Agrega algo placentero antes o después de correr: Haz que las carreras de baja intensidad formen parte de un ritual positivo, como disfrutar de un buen café o batido saludable después, o escuchar música que te relaje antes de salir. Esto puede motivarte a ver estas sesiones como algo que disfrutas y no solo una obligación.

que hay de cierto que si se corre en fase 2 se quema mas grasa ?

Sí, es cierto que correr en Zona 2 (aproximadamente entre el 60-70% de tu frecuencia cardíaca máxima) optimiza la quema de grasa como fuente de energía. Esto se debe a cómo el cuerpo utiliza diferentes fuentes de energía en función de la intensidad del ejercicio.

¿Por qué la Zona 2 quema más grasa?

  1. Sistema energético predominante en Zona 2:
    • Durante el ejercicio de baja a moderada intensidad, como correr en Zona 2, el cuerpo tiene tiempo suficiente para metabolizar grasas como su fuente principal de energía. En esta zona, el cuerpo obtiene la mayor parte de su energía de las grasas porque el proceso de conversión de grasa en energía es más lento que el de los carbohidratos, pero se adapta mejor a esfuerzos prolongados y suaves.
  2. Consumo de oxígeno:
    • La Zona 2 es principalmente aeróbica, lo que significa que el cuerpo utiliza oxígeno para convertir las grasas en energía. Dado que la quema de grasa requiere más oxígeno que la quema de carbohidratos, el ejercicio a un ritmo moderado (Zona 2) facilita este proceso. Mientras el cuerpo tenga un suministro adecuado de oxígeno, preferirá las grasas como combustible.
  3. Eficiencia energética:
    • En la Zona 2, tu cuerpo no está bajo tanto estrés como en zonas más altas (Zona 3 o 4), por lo que puede sostener este ritmo durante períodos más largos, permitiendo que el sistema energético aeróbico se mantenga activo. El resultado es una mayor proporción de grasas quemadas en relación con los carbohidratos.

¿Qué pasa en intensidades más altas (zonas 3, 4 y 5)?

  • A medida que aumentas la intensidad del ejercicio y pasas a zonas de frecuencia cardíaca más altas (Zona 3, 4, y 5), el cuerpo comienza a depender más de los carbohidratos (glucógeno muscular y hepático) como fuente de energía. Esto se debe a que los carbohidratos se pueden convertir en energía más rápidamente, lo que es necesario para esfuerzos más intensos.
  • En estas zonas, aunque se sigue quemando algo de grasa, la proporción de grasa utilizada disminuye y la quema de carbohidratos aumenta. Esto es ideal para mejorar la capacidad anaeróbica y la velocidad, pero no para maximizar la quema de grasa.

Beneficios adicionales de entrenar en Zona 2 para quemar grasa:

  1. Mayor capacidad para quemar grasas a futuro:
    • Entrenar regularmente en Zona 2 mejora la eficiencia de tu cuerpo para utilizar grasas como combustible incluso a intensidades más altas. Al entrenar en esta zona, el cuerpo se adapta y se vuelve más eficiente en movilizar y oxidar ácidos grasos, lo que también ayuda a mejorar el rendimiento en carreras largas.
  2. Recuperación más rápida:
    • Dado que el esfuerzo en la Zona 2 es más suave y menos estresante para el cuerpo, permite una recuperación más rápida, lo que te permite entrenar con mayor frecuencia sin riesgo de sobreentrenamiento o fatiga excesiva.
  3. Aumento de la resistencia:
    • Al mejorar la capacidad aeróbica en la Zona 2, estás entrenando a tu cuerpo para que sea más eficiente durante períodos prolongados de actividad. Esto se traduce en una mejor capacidad para mantener ritmos rápidos durante carreras largas, sin depender tanto del glucógeno muscular, que es una fuente de energía más limitada.

Mito sobre la «zona de quema de grasa»:

Aunque la Zona 2 es eficaz para quemar grasa, es importante tener en cuenta que el concepto de «zona de quema de grasa» no significa que esta sea la única forma de perder grasa. La pérdida de grasa en general se basa en un déficit calórico: quemar más calorías de las que consumes. A medida que la intensidad del ejercicio aumenta, también se queman más calorías en total, aunque una mayor proporción provenga de los carbohidratos. Así que las zonas más intensas también son efectivas para la pérdida de grasa, solo que con una diferente mezcla de combustibles.

Sí, para que haya una pérdida de peso, debe existir un déficit calórico. Esto significa que debes consumir menos calorías de las que tu cuerpo gasta a lo largo del día. Correr en Zona 2 ayuda a quemar grasa de manera eficiente, pero si sigues consumiendo más calorías de las que quemas, no perderás peso.

¿Por qué es necesario el déficit calórico?

El cuerpo necesita energía (calorías) para realizar todas sus funciones, como respirar, digerir alimentos, moverse y pensar. Si consumes más calorías de las que gastas, el exceso se almacena en forma de grasa, lo que puede llevar a un aumento de peso. Por el contrario, si consumes menos calorías de las que necesitas, tu cuerpo recurre a las reservas de grasa para obtener energía, lo que resulta en una pérdida de peso.

Cómo funciona el déficit calórico

  1. Ingesta calórica: Es la cantidad de calorías que consumes a través de la comida y bebida.
  2. Gasto calórico: Es la cantidad de calorías que tu cuerpo quema para:
    • Mantener funciones básicas (metabolismo basal).
    • Realizar actividades físicas, como caminar, correr, hacer ejercicio.
    • Procesar los alimentos que consumes (termogénesis).
  3. Déficit calórico: Ocurre cuando el gasto calórico es mayor que la ingesta calórica, lo que fuerza al cuerpo a utilizar la grasa almacenada como fuente de energía. Esto genera la pérdida de peso.

¿Cómo se logra el déficit calórico?

Para perder grasa corporal y peso de manera efectiva, es necesario combinar la quema de calorías a través de ejercicio con una reducción controlada en la ingesta calórica. Aquí te explico los dos componentes clave:

1. A través de la dieta

  • Reducir la cantidad de calorías que consumes sin eliminar nutrientes esenciales es una estrategia fundamental. En general, reducir entre 300 y 500 calorías diarias puede llevar a una pérdida de peso sostenida de 0.5 a 1 kg por semana, que es un ritmo saludable.
  • Priorizar alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías, como frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales, te ayudará a mantenerte saciado mientras consumes menos calorías.

2. A través del ejercicio

  • El ejercicio, como correr en Zona 2, aumenta el gasto calórico. Aunque la intensidad es baja, los rodajes largos pueden quemar muchas calorías si se hacen de manera constante. Este tipo de ejercicio quema grasa de manera eficiente y ayuda a crear ese déficit calórico necesario.
  • Combinar entrenamiento aeróbico con ejercicios de fuerza también es beneficioso, ya que el entrenamiento de resistencia ayuda a preservar la masa muscular, lo cual es importante para mantener un metabolismo saludable.

Correr en Zona 2 y el déficit calórico

  • Correr en Zona 2 es eficaz para quemar grasa como fuente de energía, pero si estás comiendo la misma cantidad o más calorías de las que quemas, no perderás peso. Esto se debe a que el cuerpo no tiene la necesidad de recurrir a sus reservas de grasa si sigue recibiendo suficiente energía de la comida.
  • Para que correr en Zona 2 contribuya a la pérdida de peso, debes combinarlo con un control de la ingesta calórica, asegurándote de que tus comidas sean balanceadas y estén ligeramente por debajo de tu gasto energético.

¿Qué pasa si solo entrenas sin controlar la dieta?

  • Si entrenas regularmente pero consumes más calorías de las que gastas, puedes mejorar tu condición física y composición corporal (más músculo, menos grasa), pero no necesariamente perderás peso. Incluso podrías ganar peso si comes en exceso, ya que el cuerpo almacenará el excedente en forma de grasa.
  • Para lograr la pérdida de peso, necesitas crear ese déficit calórico ya sea comiendo menos o gastando más energía (o una combinación de ambos).

Importancia de una estrategia equilibrada

  • No es recomendable crear un déficit calórico extremo, ya que puede resultar en pérdida de masa muscular, fatiga, problemas metabólicos y un rendimiento disminuido. Es mejor optar por un enfoque moderado y sostenible que combine ejercicio regular (como correr en Zona 2) con una dieta equilibrada y controlada en calorías.

Que hay de correr en ayunas ?

Correr en ayunas, especialmente en la fase aeróbica (como entrenar en Zona 2 de frecuencia cardíaca), es una estrategia utilizada por algunos corredores para mejorar la quema de grasas y la eficiencia metabólica. Aunque no es para todos, y debe hacerse con precaución, puede ofrecer ciertos beneficios. A continuación, te explico los posibles beneficios de correr en fase aeróbica en ayunas:

1. Mejora en la quema de grasa

  • Aumenta la oxidación de grasas: Correr en ayunas obliga al cuerpo a utilizar más grasa como fuente de energía, ya que los niveles de glucógeno (carbohidratos almacenados en el hígado y los músculos) son bajos tras la noche de ayuno. Durante el ejercicio aeróbico en Zona 2, el cuerpo ya tiende a utilizar grasas como combustible, y en ayunas este efecto se puede potenciar.
  • Adaptación metabólica: Con el tiempo, el cuerpo se vuelve más eficiente en el uso de las grasas como fuente de energía, lo que puede ser beneficioso para quienes buscan mejorar su resistencia en carreras largas o perder grasa corporal.

2. Mejora de la resistencia aeróbica

  • Optimización de las reservas de glucógeno: Al entrenar en ayunas, el cuerpo se adapta para conservar el glucógeno disponible y aumentar la eficiencia en el uso de las grasas. Esto puede ayudarte a mantenerte durante más tiempo en carreras largas sin depender tanto del glucógeno, lo que mejora la resistencia aeróbica y la capacidad de tu cuerpo para funcionar en condiciones de bajo glucógeno.
  • Aumenta la capacidad mitocondrial: Algunos estudios sugieren que entrenar en ayunas puede aumentar la capacidad de las mitocondrias, las «centrales energéticas» de las células, lo que mejora la capacidad aeróbica general.

3. Control del peso y composición corporal

  • Potencial para quemar más grasa: Si tu objetivo es perder peso o grasa corporal, correr en ayunas puede ayudar a aumentar la oxidación de grasas. Cuando entrenas en la fase aeróbica, donde se prioriza la quema de grasa, hacerlo en ayunas puede intensificar este proceso, ayudando a quemar grasa de manera más eficiente.
  • Mejor control de la insulina: Entrenar en ayunas puede mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a que tu cuerpo utilice los carbohidratos de manera más eficiente cuando los consumes después del ejercicio.

4. Aumento de la capacidad mental

  • Fortalece la disciplina: Correr en ayunas requiere de fuerza de voluntad, y puede mejorar tu capacidad para enfrentar desafíos mentales. Esto es útil, especialmente en carreras largas, donde el componente mental juega un papel importante.
  • Mejora la adaptación a condiciones difíciles: Correr en ayunas puede simular condiciones en las que tus reservas de energía son limitadas, lo que entrena a tu cuerpo y mente a funcionar en situaciones de fatiga, ayudando a prepararte mejor para momentos de agotamiento en carreras de larga distancia.

5. Eficiencia en la utilización de energía

  • Aumenta la flexibilidad metabólica: La flexibilidad metabólica es la capacidad de cambiar entre diferentes fuentes de energía (grasas y carbohidratos) de manera eficiente. Al entrenar en ayunas, tu cuerpo se adapta a ser más eficiente utilizando tanto grasas como carbohidratos cuando sea necesario, lo que es útil para carreras largas o cuando las reservas de glucógeno se agotan.

6. Facilidad para entrenamientos suaves

  • Ideal para sesiones de baja intensidad: Correr en ayunas es más adecuado para entrenamientos de baja intensidad, como los que se realizan en la fase aeróbica (Zona 2). Durante estos entrenamientos, la intensidad es lo suficientemente baja como para que el cuerpo dependa principalmente de las grasas, y el riesgo de agotamiento es menor comparado con entrenamientos de alta intensidad.

Precauciones a tener en cuenta

A pesar de los posibles beneficios, correr en ayunas no es para todos y tiene algunas precauciones:

  1. Riesgo de agotamiento: Si no estás acostumbrado a entrenar en ayunas, puedes sentirte más fatigado de lo habitual, ya que las reservas de glucógeno son bajas. Esto puede afectar tu rendimiento y aumentar el riesgo de mareos o desmayos.
  2. Pérdida de masa muscular: Si el entrenamiento en ayunas es prolongado o de alta intensidad, el cuerpo puede comenzar a descomponer el tejido muscular para obtener energía, lo cual no es deseable, especialmente si no consumes suficientes proteínas.
  3. No recomendado para entrenamientos de alta intensidad: Entrenar en ayunas no es ideal para sesiones de alta intensidad o entrenamientos que requieran mucha energía, ya que sin glucógeno disponible, el rendimiento puede verse comprometido y el cuerpo podría no tener suficiente energía rápida.
  4. Escucha a tu cuerpo: Es importante escuchar a tu cuerpo y ver cómo responde al entrenamiento en ayunas. Algunas personas pueden tolerarlo bien, mientras que otras pueden experimentar síntomas negativos como debilidad, mareos o falta de energía.

¿Cómo hacer entrenamientos en ayunas de forma segura?

  • Empieza despacio: Si es tu primera vez corriendo en ayunas, comienza con sesiones cortas y de baja intensidad. A medida que tu cuerpo se adapta, puedes aumentar la duración.
  • Hidratación adecuada: Aunque estés en ayunas, es importante hidratarte bien antes y durante la carrera para evitar deshidratación.
  • Entrena en ayunas solo en sesiones aeróbicas: Limita los entrenamientos en ayunas a rodajes suaves en Zona 2. Evita entrenamientos de velocidad, sprints o de alta intensidad en ayunas.
  • Comida post-entrenamiento: Asegúrate de consumir una comida balanceada después del entrenamiento para reponer tus niveles de energía y ayudar en la recuperación muscular.

cuanto se mejora cuando perfeccionamos nuestra forma de correr?

postura correcta al correr

Al correr debes mantener una postura erguida, con la cabeza levantada y el tronco ligeramente inclinado hacia adelante

Perfeccionar tu forma de correr puede tener un impacto significativo en tu rendimiento, eficiencia y prevención de lesiones. Aunque los beneficios específicos varían según cada persona, mejorar la técnica de carrera puede generar mejoras notables en varias áreas clave:

1. Aumento de la eficiencia:

  • Menos gasto de energía: Una técnica de carrera más eficiente reduce el gasto energético. Cuando corres de manera óptima, utilizas menos energía para cubrir la misma distancia, lo que te permite correr más rápido o durante más tiempo sin fatiga.
  • Ahorro de energía: La mejora de la forma puede traducirse en un ahorro energético de entre un 2% y un 6%, dependiendo de qué tan ineficiente sea tu técnica inicial. Este ahorro es crucial en carreras largas, como un 10K o maratones, donde pequeños incrementos en eficiencia pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento final.

2. Mejora del rendimiento:

  • Mayor velocidad: Cuando mejoras la forma, puedes correr más rápido sin un aumento significativo en el esfuerzo percibido. Al minimizar los movimientos innecesarios, la energía se canaliza mejor hacia el impulso hacia adelante, lo que se traduce en una mejora en la velocidad.
  • En términos cuantitativos, algunos estudios sugieren que una buena técnica puede mejorar tu ritmo de carrera entre un 3% y un 5% en distancias más cortas como 5K, y esta mejora se acentúa más en carreras más largas.

3. Reducción de lesiones:

  • Menor estrés en las articulaciones: Una buena técnica reduce la carga excesiva en tus articulaciones, tendones y músculos. Esto es crucial para evitar lesiones por sobrecarga, como el síndrome de la cintilla iliotibial, tendinitis de Aquiles, fascitis plantar o problemas en las rodillas.
  • Distribución uniforme del impacto: Al mejorar tu zancada y pisada, distribuyes mejor el impacto de cada paso, lo que reduce el riesgo de lesiones comunes en corredores. El resultado es una carrera más suave y menos desgaste en las zonas vulnerables.

4. Mayor resistencia:

  • Conservación de energía en distancias largas: Con una forma más eficiente, tu cuerpo requiere menos esfuerzo para moverse, lo que te permite mantener un ritmo constante durante más tiempo. Esto es especialmente importante en carreras largas (10K, media maratón o maratón), donde la fatiga es un factor limitante.
  • Respiración más controlada: Una técnica adecuada también permite una mejor postura, lo que optimiza la mecánica respiratoria y ayuda a mantener un mejor control de la respiración durante carreras largas.

5. Mejor economía de carrera:

  • La economía de carrera es una medida de cuánta energía consumes a una velocidad dada. Al perfeccionar tu forma, mejoras esta economía, lo que te permite correr más rápido con el mismo esfuerzo o la misma distancia con menos esfuerzo.
  • Los corredores más eficientes tienden a tener una mejor economía de carrera, lo que los hace competitivos a medida que las distancias se alargan.

6. Mejor aprovechamiento de la fuerza muscular:

  • Mejora en la propulsión: Al mejorar la biomecánica, como la posición del pie al aterrizar, la inclinación del tronco y la cadencia, aprovechas mejor la fuerza generada por los músculos para impulsarte hacia adelante. Esto significa que obtienes más velocidad con menos esfuerzo muscular.
  • Mayor activación muscular: Con una técnica refinada, ciertos grupos musculares (como el core, glúteos y caderas) se activan de manera más eficiente, mejorando tu estabilidad y potencia.

Áreas clave a perfeccionar:

  1. Pisada: Mejorar la manera en la que tu pie aterriza (idealmente aterrizando en la parte media del pie) distribuye mejor el impacto y evita el «frenado» excesivo.
  2. Cadencia: Aumentar la cadencia (número de pasos por minuto) a una tasa de 170-180 pasos por minuto ayuda a reducir el tiempo de contacto con el suelo y mejora la eficiencia.
  3. Postura: Mantener una postura erguida y relajada, con una ligera inclinación hacia adelante, optimiza la mecánica de carrera.
  4. Balanceo de brazos: Un balanceo adecuado de brazos mejora el ritmo de la zancada y contribuye a una carrera más eficiente.

Resumen de mejoras:

  • Eficiencia energética: Mejora entre un 2% y un 6%.
  • Velocidad: Incremento de un 3% a un 5%, dependiendo de la distancia y el nivel de técnica inicial.
  • Resistencia: Mayor capacidad para mantener ritmos más altos por más tiempo.
  • Menos lesiones: Reducción significativa de lesiones comunes en corredores.

Perfeccionar tu forma de correr puede generar mejoras tanto en rendimiento como en durabilidad, ayudándote a correr más rápido, más lejos y de manera más segura.

que tan importante es fijarse el ritmo de carrera meta para una carrera 5k,10k etc?

Fijarse un ritmo de carrera meta es fundamental para carreras como 5K o 10K, ya que te ayuda a estructurar tu entrenamiento, optimizar tu energía durante la competencia y alcanzar tu objetivo de manera eficiente. Aquí te explico por qué es importante:

1. Optimización del Rendimiento

Un ritmo adecuado te permite distribuir tu energía de manera uniforme a lo largo de la carrera, evitando que te fatigues demasiado pronto o que termines con energía de sobra. Esto es crucial para mantener la velocidad sin «quemarte» antes de terminar.

2. Entrenamiento Específico

Si tienes un ritmo de carrera meta en mente, puedes ajustar tus entrenamientos para acercarte a ese ritmo. Puedes hacer entrenamientos de intervalos y repeticiones a velocidades más altas que el ritmo objetivo, y también sesiones de carrera continua a un ritmo cercano al que quieres mantener en la competencia.

3. Estrategia Mental

Tener un ritmo objetivo claro te ayuda mentalmente a mantener el enfoque durante la carrera. Si sabes cuál debe ser tu tiempo por kilómetro o milla, puedes hacer ajustes en tiempo real si te das cuenta de que vas demasiado rápido o lento.

4. Prevención de Lesiones

Mantener un ritmo constante evita cambios bruscos de velocidad que podrían causar lesiones, ya que correr de manera descontrolada puede sobrecargar los músculos y articulaciones.

5. Mejora de la Táctica

Para carreras más largas, como un 10K o más, la táctica de dividir la carrera en secciones y tener un ritmo objetivo para cada parte puede ayudarte a hacer ajustes estratégicos. Por ejemplo, puedes planificar comenzar a un ritmo más conservador y aumentar en la segunda mitad.

Por ejemplo supongamos que quieres correr una carrera 5k en menos de 33 minutos, y ya puedes trotar 25 minutos sin parar, aquí te dejo un ejemplo de plan de entrenamiento

ara lograr tu objetivo de correr un 5K en 8 semanas con un ritmo de 6:30 por kilómetro, el enfoque que propones, combinando carreras en zona 2 y sesiones de intervalos de velocidad, es ideal. Aquí te detallo un plan para las 8 semanas, con una progresión controlada para mejorar tanto tu resistencia como tu velocidad.

Semana 1-2: Base de resistencia y adaptación

  • Días de zona 2: Corre a un ritmo cómodo, entre 65-75% de tu frecuencia cardíaca máxima (Fcmáx). Asegúrate de mantenerte en esa zona para mejorar tu resistencia aeróbica.
    • Duración: 35-40 minutos de carrera continua.
  • Día de intervalos de velocidad: Aquí la idea es mejorar tu capacidad de correr a ritmos más rápidos que el de tu objetivo.
    • Intervalos: 4-5 repeticiones de 400 metros (a un ritmo de 6:00 por km) con 90 segundos de descanso activo (caminar o trotar ligero) entre cada intervalo.
    • Enfriamiento: 5-10 minutos de trote suave.

Semana 3-4: Aumento progresivo de volumen y ritmo

  • Días de zona 2:
    • Duración: 40-45 minutos de carrera continua.
    • Mantén el enfoque en la zona 2, pero puedes incluir al final 5 minutos a un ritmo más cercano a 6:30 por km.
  • Día de intervalos de velocidad:
    • Intervalos: 5-6 repeticiones de 400 metros (a un ritmo de 5:55-6:00 por km) con 90 segundos de descanso.
    • Enfriamiento: Trote suave de 5-10 minutos.

Semana 5-6: Mejora de la resistencia y velocidad

  • Días de zona 2:
    • Duración: 45-50 minutos de carrera continua, manteniendo la zona aeróbica.
    • Al final de cada sesión, añade 5-10 minutos a ritmo de carrera objetivo (6:30/km).
  • Día de intervalos de velocidad:
    • Intervalos: 6-7 repeticiones de 400 metros (ritmo 5:50-5:55 por km) con 90 segundos de descanso.
    • Enfriamiento: 10 minutos de trote suave.

Semana 7-8: Afinación y preparación para la carrera

  • Días de zona 2:
    • Duración: 40-45 minutos de carrera continua, con 10-15 minutos finales a ritmo de carrera (6:30/km).
  • Día de intervalos de velocidad:
    • Intervalos: 7-8 repeticiones de 400 metros (a un ritmo de 5:45-5:50 por km) con 90 segundos de descanso.
    • Enfriamiento: Trote suave de 10 minutos.

Consejos adicionales:

  • Descanso activo: Entre las sesiones, haz caminatas suaves o ejercicios de bajo impacto para promover la recuperación.
  • Fuerza: Realiza ejercicios de fuerza 1-2 veces por semana, enfocándote en piernas y core, para evitar lesiones y mejorar tu eficiencia al correr.
  • Tapering (descarga): Durante la última semana (Semana 8), reduce el volumen total de entrenamiento en un 30-40% para llegar descansado a la carrera.

Este plan te ayudará a progresar de forma gradual, mejorando tanto tu resistencia aeróbica como tu capacidad de mantener un ritmo más rápido en las sesiones de intervalos.

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